Sí, esta mañana, mientras estaba en clase de baguette en Babette, el buen técnico me ha traído el horno a casa y ha vuelto a llenar ese hueco que había dejado en mi vida y en mi cocina.

Yo no me acabo de creer que no le pasara nada, pero… hago como si me lo creyera y con esa fe acabo de hornear un bizcocho de limón. El termómetro del horno y el que yo he puesto dentro del horno coincidían: 180º. El resultado tiene buena pinta y, lo más importante, tiene buen color por arriba que era la zona donde se concentraban todas mis angustias.

No sé si daros la receta, es la primera vez que lo hago con harina del amasadero y con la levadura que le compre a Bea para hacer pandoros. Cuando lo pruebe os cuento. En principio creo que podría haberle puesto más levadura.

Mañana hornearé las baguettes que hemos amasado hoy en clase, mientras hacíamos terapia de grupo y nos echábamos unas risas. Y es que hacer pan en Babette es mucho más que amasar, preformar, formar…