Esta mañana tenía mi última clase de Baguette al desnudo en Babette y ha sido todo un disfrute.

Relax en torno a las mesas altas de Babette, perfectas para amasar, preformar y formar, no como la encimera de mi cocina, llena de cacharritos y con los muebles de arriba interrumpiendo la libertad de movimientos que requiere el amasado francés.

Consultas y chascarrillos con una taza humeante de té en una mano y un pedazo de mi bizcocho de naranja en la otra. Mmmmmmmm.

Y finalmente, con un aroma indescriptible, del horno han salido unas baguettes de masa madre buenísimas. Os dejo aqui una muestra de la más bonita: la de Paloma. Barriguda y con piquitos, como Bea dice que deben ser las baguettes de masa madre.