Y es que ayer en Babette vivimos una experiencia religiosa, que digo una, vivimos varias porque tras hornear suizos y brioches, mmmmmmmmmmm, los sabores fueron indescriptibles.
Hicimos dos masas de suizos diferentes, una con mantequilla y otra con manteca de cerdo (algo que a mi siempre me ha sonado insano pero que si proviene de un buen cerdo ibérico es un gran sustituto de la mantequilla para todos aquellos niños y no tan niños que no toleran la lactosa o son alérgicos a la leche y sus derivados). Y fue realmente curioso porque una vez horneados no hubo manera de distinguirlos. Hubo un empate técnico a 4 intentando distinguir entre los que eran de mantequilla y los que eran de manteca. Fue una interesante conclusión que nos llevo a pensar que da igual hacerlos de una u otra manera siempre que estén bien hechos.
Eso sí, si usáis mantequilla que sea buena buena, rica, rica. En cualquier masa enriquecida, la calidad de la mantequilla tiene muchísimo que decir, empezando porque las malas mantequillas se derriten mucho antes y dificultan enormemente el preformado y el formado.
Los briochitos fueron una gozada de formar. Es una técnica de lo más entretenida que nos obligaba a estar muy pendientes de lo que hacíamos mientras rodábamos las masitas por la mesa una a una, las alargábamos hasta conseguir una especie de medallón del que salía un colgante rematado en una bola, para al final hacer un agujero grandecito en el medallón por donde meter la bolita, consiguiendo de la forma que véis en la foto de arriba. Aunque en esta foto ya están muy hinchaditos porque ya habían pasado por el segundo levado.
Estos otros brioches grandes fueron mucho más fáciles de formar porque sólo había que hacer 3 bolas grandes por molde y meterlas de forma que quedaran bien juntitas para que al subir en el horno se pegaran formando una sola unidad de brioche deliciosa.
No supimos decir si los suizos eran más bonitos o estaban más ricos que los brioches. Y en casa tampoco pudieron decidirse.
La miga de los brioches era para llorar de bonita.
replicante said:
Es que Babette, es mucha Babette. ¡Cómo me lo paso en los cursos! Éste de masas enriquecidas me encantaría hacerlo, a ver si me cuadra un día. Bonitas fotos, estupendo texto, solo hecho en falta un poquito de olor a mantequilla en el horno y poder tocar y morder esa miga del brioche que sólo con verla te dice ¡cómeme!
Preciosa entrada ;)
bloggera&panadera said:
El de masas enriquecidas es uno de los cursos de Babette en los que se curra más pero también uno de los que más se disfruta durante y después del curso. Anímate en cuanto puedas.
Gracias por los piropos.
Un saludo.