Acabo de darle el último refresco a mi masa madre para hacer pan con ella mañana. Le he añadido casi 150gr. de agua y casi 150gr. de harina blanca de trigo. De esta forma, consigo la masa madre necesaria par hacer dos panes de 750gr.

Va a dormir toda la noche en un rinconcito de la cocina, tapada por un gorrito de ducha para estar de lo más operativa mañana por la mañana.

Estoy encantada.

Que desastre soy, hoy que tenía tanto que contar y no me he acercado al ordenador hasta ahora.

Ayer le lleve muestritas de blanquita y moteadita a Bea de Babette y le enseñé las fotos que subí en el blog. Me dió un aprobado con buena nota y me dijo que estaban a punto para hacer pan con ellas. Hoy por la mañana he refrescado 50g de blanquita, con 50g de agua y 50 g de harina blanca. Desde entonces está esperando en la encimera -llena de actividad- a que la vuelva a refrescar esta noche. Mañana haré la primera mezcla, esperaré, amasaré, preformaré, formaré, esperaré y mendigaré un horno para hornear mi primer pan hecho desde cero. Mi horno está en el servicio técnico. Nunca se me había estropeado un horno hasta ahora… ahora que tanto lo necesito.

He guardado otros 50g. en el congelador, he dejado 50g. en la nevera que a lo mejor regalo a una amiga, ¡me da tanta pena tirarla! Además tengo a Moteadita y a la masa que empezó su vida desterrada en el cuarto de la caldera. Madre mía, no sé que voy a hacer con tantas masas. El nombre de entremasas.com me va que ni pintado.

Bueno, bueno, casi se me olvida irme a la cama sin refrescar las masas.

Blanquita y Moteadita, mis dos masas adolescentes de la cocina tienen una pinta estupenda.

Blanquita

Moteadita

Moteadita

Blanquita está llena de pompitas por arriba y moteadita tiene muchos agujeritos. El olor de la segunda es más prometedor que el de la primera, pero supongo que es porque sigue siendo una masa madre de harina de centeno únicamente.  Su prima, la que disfruta de una temperatura más cálida y costante, huele a vinagre muchísimo, pero no muestra ninguna actividad y tiene un poco de moho por arriba. No me he molestado en hacerle foto, la he subido a la cocina y la he limpiado bien.

A las tres las he refrescado con 50 gr. de agua y 50 gr. de harina y a las tres las he dejado en la cocina.

Mañana tengo que acordarme de llevar unas muestrecitas a mi clase de Baguettes en Babette para pedirle su opinión a Bea. Ya os contaré.

Sólo tengo tiempo para decir que acabo de refrescar las masas de la cocina con 50 gr de agua y 50 de harina, para una blanca de trigo y para la otra, integral de centeno.

Olían de maravilla (es un decir).

Está prácticamente como ayer, excepto por el olor que aún es más ácido. No sé que hacer… ¿Refresco? ¿No refresco? Después de leer a Bea en el Canal Babette, voy a dejarla tranquila. Seguiré observándola y esperaré a que recupere del todo su actividad para refrescarla.

Buenas noches.

Uy, me he olvidado de la masa que tengo en el cuarto de la caldera. Voy a echarle un vistazo y os cuento.

Cuando he ido a refrescar la masa de la cocina no sabía muy bien si ya podría hacer un refresco con harina de trigo blanca. Y, bueno, como siempre me da pena tirar la mitad de la masa a la basura, he refrescado una con 80 gr de agua y 60 gr de harina integral de centeno; y a la otra mitad le he puesto 80 gr de agua y 60 de harina blanca de trigo de el amasadero.

La he dejado todavía a temperatura ambiente, tampoco estoy muy segura si ya la debo poner en la nevera.

La masa bebé que vive en el cuarto de la caldera está muy calentita y muy llenita de agujeritos pero no tan grandes como los que tenía su hermana en la cocina. La he refrescado con 80 gr de agua y 60 gr de harina y veremos qué tal esta mañana por la mañana.

Mi masa bebé que habita en la cocina tiene un aspecto estupendo, con una actividad digna de emoción. Y que olor, recuerda a un yogur ácido. Voy a refrescarla ahora mismo que se me han pasado un poco las 12 horas.

Y luego veré como va la masa del clima tropical.

Que curioso, de las dos masas bebés que estoy cuidando, la que envíe al clima más cálido tiene menos actividad que la que se quedó en la cocina, q está espléndida. Por la temperatura no puede ser. ¿Podrá ser porque la que se fue al cuarto de calderas iba herméticamente cerrada en un tarro  y la que se quedó en la cocina simplemente estaba cubierta por un gorrito? ¿Será porque le viene bien tener luz y en el cuarto de calderas no la hay?

De momento he refrescado la que se quedó en la cocina y la otra la he devueto al cuarto de calderas después de removerla un poco.