#con2roscones

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Madre mía que oleada de roscones de reyes ha recorrido the World Wide Web. Tuiter, Instagram, Facebook… Por todas partes han llovido fotos de roscones y sus recetas. Tantas que no sabría como decidirme por cuál seguir. Claro que yo lo he tenido fácil porque no he hecho roscón. Este año no y el que viene ya veremos…
Total, que por si el año que viene me decido y antes de que se me olvide todo lo que he leido, me he propuesto recopilar aquí las recetas que han ido cayendo en mis manos, ¿o debería decir en mis pantallas? ;-)

No es tarea fácil ni seleccionar qué recetas mencionar en este modesto blog ni en qué orden. Seré completamente arbitraria y los pondré por orden de llegada a mi memoria. Siempre pensando que, al compartirlo en la web, le sea útil a más de un panadero casero.

Unas baguettes redondas y con burbujas ;-)

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Que fin de semana de locos he tenido… ¿Nunca he contado que además de panadera soy conductora de transporte infantil/juvenil? Sólo tengo 3 clientes pero con una vida escolar, deportiva y social de lo más ajetreada.

¿Qué porque cuento esto para hablar de baguettes? Porque el jueves por la tarde hice masa para hacer baguettes el viernes para cenar pero mis multiples servicios me impidieron formarlas, permitirles el segundo levado y hornearlas. Al levantarme el sábado, saque la masa de la nevera, pelín pasada de fermentación y preformé mis 6 baguettes pero de repente uno de mis clientes requirió mis servicios. ¿Qué hacer? ¿Meter las 6 bolas en nevera sólo preformadas? ¿Formar las baguettes? ¿Tirar la toalla y con ellas las masas? Lancé mis dudas a Tuiter y 2 panaderos aguerridos como son @jesusmachiloren y @latahonasg me aconsejaron nevera después del formado. Aquí venía el segundo problema y es que no tengo medios para que 6 baguettes leven a sus anchas en frío, así que tiré por la calle de en medio… Formé 6 panes redondos, los deposité en una bandeja de horno y, cubiertos con papel film y con un paño de lino, los metí en la nevera pensando en hornearlos por la tarde. Pero no, eso tampoco fue posible y, finalmente, entraron en el horno el domingo por la mañana, es decir, 2 días tarde.

El resultado fueron 6 panes «formato mollete» con un sabor increible y una corteza llenitita de búbujas. IMG_6128 Lo del sabor ya me había pasado alguna otra vez (que modesta soy) pero lo de la corteza no y no tenía ni idea cuál era la causa. Para resolver mis dudas conté una vez más con la ayuda de @jesusmachiloren y @latahonasg. La respuesta fue rápida: mi gestión acelerada desde el frigo al horno, que no había dejado a la masa atemperarse era la causa.  Para terminar de entender lo que había pasado encontré en tuiter la última entrada del blog de Panarras.com, escrita por ChefPanarra siempre exhaustivo en sus exposiciones y esta vez, además, absolutamente oportuno ya que ese último post versaba sobre cortezas. Además, desde esa entrada llegué hasta un hilo de su blog que trataba justo sobre cortezas con burbujas que fue absolutamente aclarador.

Estos panes tuvieron un destino simple y muy dominguero: bocadillos de jamón y queso bien calentitos. MmmmmIMG_6156

 

2 panes de leche semiintegrales en el molde de @elamasadero

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Con la misma receta de los panes de leche que publiqué hace un tiempo, he hecho 2 panes en el molde que compré en la tienda online de El Amasadero.

Las fotos no son tan buenas como los panes, pero casi no me da tiempo a hacerlas, sobre todo las de los panes ya acabados. Uno de los devoradores que hay en mi casa ha cogido la mantequilla, el bote de mermelada de fresa y ha caído medio pan.

Con este poquito de pan…

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Ayer, antes de que llegaran parte de los huéspedes que tendré en casa para fin de año, hice 2 batard y 2 hogazas. IMG_5724
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Lo que no sabía es que esa misma noche nos íbamos a tomar una de las hogazas con unos quesos franceses de padre y muy señor mío.

 

 

 

 

 

 

 

Y con aquello de: dame un poquito de queso para este poquito de pan y sírveme un poquito de vino para acabar este poquito de queso, nos dieron las tantas en la mesa y acabamos con una de las hogazas.

Mmmm. ¡Que disfrute!

Gracias Arantxa, gracias Greg.

Marchando dos de baguettes para el 24 y el 25

Sí, sí, ya sé que estamos a 21 y que parece que hasta el 24 no van a aguantar y menos hasta el 25 pero es que voy a tirar de congelador porque si no, no me da la vida ni el horno. Y es que una buena baguette, congelada nada más enfriarse después de haber sido horneada, y descongelada una hora y media o dos horas antes del evento en cuestión, está perfecta. Si además ponemos el horno unos 20 minutos antes a 50º, salen como recién horneadas y calentitas como les gustan a mi personal.

baguettes¿Qué hoy que voy a hacer? Esta tarde voy a mezclar, amasar y dejar la masa retardando en nevera hasta mañana. Voy a usar 1.500g de harina panadera de El Amasadero, 1l de agua, 6,4g de una levadura seca que tienen en la tienda online de La Cocina de Babette y 32g de sal del Himalaya. Cuando termine de amasarla, voy a dejarla reposando en 2 boles bien enaceitados con AOVE para mañana poder hacer 2 tandas. Así, sacaré el primer bol y cuando hayan entrado la primera tanda de baguettes en el horno, sacaré el segundo bol para ir formándolas y que corran la misma suerte que sus compañeras y queden tan bonitas como las de mis fotos.

Los crackers de @panaderocasero con alguna variación

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Me declaro seguidora habitual de el blog de El panadero casero pero esta es la primera vez que hago una de sus recetas. Llevaba tiempo pensando en hacer crackers porque en casa somos consumidores habituales pero no me había puesto a la faena. Así que el otro día, cuando ví estos de semillas, me lo tomé como una señal y esta tarde me he puesto manos a la obra pero, a falta de algún ingrediente, he puesto mi toquecillo personal. Os cuento.

Paso 1: Encender el horno a 200º.

Paso 2: Poner en un bol 330g de harina integral de espelta (en la receta original, de trigo), 10g de sal del Himalaya, 130g de semillas de lino, 130g de semillas de sésamo blanco y 130 g de sésamo negro (sustituyendo a las semillas de calabaza que nos propone El Panadero Casero). Añadir 375g de agua filtrada y 200g de AOVE.

Paso 3: Mezclar bien con una rasqueta.

Paso 4: Dividir la masa en 4 porciones (él la divide en 3) y extender la primera sobre un papel de horno de la medida de la bandeja. Lo más fácil es cubrirla con otro papel y darle al rodillo hasta que la masa está estirada de una forma homogénea.
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Paso 5: Marcar con un cuchillo las líneas de corte de los crackers.

Paso 6: Hornear de 10 a 15 minutos, hasta que queden tiesecitas pero sin que se quemen.

 

 

 

 

 

Paso 7: Al sacarlas del horno, se dejan enfriar sobre una rejilla, se parten con la mano y se guardan en un bote hermético para conservarlas durante bastantes días, si es que duran.
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La próxima vez voy a poner menos proporción de semillas para poder encontrar algún trocito de cracker que sea sólo eso: cracker. Y otra cosa: No se me puede olvidar comprar las semillas de calabaza de la receta original.

2 panes de leche semiintegrales a mi estilo

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Ayer por la mañana me puse manos a la obra para intentar conseguir un pan de leche rico, rico, pero que tuviera fibra. O, diciéndolo de otra manera, quería conseguir una fórmula para que a los niños les vaya entrando lo integral con un sabor parecido a lo que ya está demostrado que les gusta.

Así que cogí el libro Hecho a mano de Dan Lepard y empecé a liarla con su receta de Pan de leche sencillo. Primero pensé que harinas y en que proporción las usaría. Opté por harina panadera, blanca, del Amasadero y su harina integral de fuerza. Después le añadiría leche entera, azúcar invertido, mantequilla y, por supuesto, sal y levadura.

paso 1: Mezclo 640g de leche entera y 40 g de azúcar invertido. Bato bien.

paso 2: Añado 460g de harina panadera y 400g de integral de fuerza, las dos de trigo. Lo dejo reposar 1h aproximadamente.

paso 3: Añado 4,5g de levadura, integro bien en la masa con la rasqueta y paso a la mesa. Amaso un par de minutos y añado 18,8g de sal, vuelvo a amasar un par de minutos y dejo a la masa reposar unos 5 minutos. Cuando vuelvo a la masa, es increíble el cambio que ha experimentado ella solita, como si hubiera unos geniecillos que la hubieran estado amasando. Sigo amasándola hasta que la prueba de la ventana me dice que ya está.

paso 4: Procedo a trabajar la mantequilla para poderla incorporar a la masa. Para ello, enharino una superficie donde dejo el pedazo de mantequilla, espolvoreándolo también con harina. Tengo que conseguir que sea un plancha finita, para ello, rodillo en mano, le doy una pequeña paliza. Después la pongo sobre la masa y, con la rasqueta metálica, voy incorporándola poco a poco.

Boleo ligeramente y enaceito un bol con AOVE para que mi masa descanse y haga su primer levado. Cubierta con un gorrito de ducha, por supuesto. Hoy voy a hacer el pan del tirón, así que dejo el bol en la encimera de la cocina, haciendo un par de doblados en unas 2 horas y media o tres horas, dando la vuelta a la masa en el último, para que la parte bonita se quede hacia a bajo. La otra opción sería doblarlo a la hora y guardarlo en la nevera hasta el día siguiente, haciendo algún doblado más y dando la vuelta a la masa, antes de darle las buenas noches e irnos a la cama.

paso 5: Cuando la masa crece y tiene un aspecto entre tenso y generoso, enharino parte de la encimera, separo la masa de las paredes del bol con una rasqueta y vuelco con mimo. La desgasifico y corto en 4 partes iguales. A continuación, preformo, doblando 3 veces sobre si misma cada parte y las dejo reposar tapadas con un trapito de 5 a 15 minutos.

paso 6: Ahora voy bola a bola dándoles forma de bola-bola, jeje. Boleo con fricción y coloco las bolas por parejas en sendos moldes.
paso 7: Después de 2 horas las bolas han crecido lo suficiente como para meterlas en el horno.

paso 7: El horno ya está a 230º y tengo el agua caliente preparada para crear vapor. Pongo los 2 moldes en la bandeja del centro y vuelco el agua contra las piedras volcánicas. Al cabo de 10 minutos, abro el horno para dejar salir el vapor y lo bajo a 210º. A los 10 minutos salen del horno 2 panes que huelen que alimentan. El desayuno de mañana promete.

Se me ocurre que tenía que haberlo pintado con leche antes de meterlo en el horno. ¿Creéis que ese aspecto de superficie lunar que tiene la corteza se hubiera suavizado?

Mmmmm

 

Baguettes de MM: Orgullo de panadera

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Sí, orgullo de panadera, eso es lo que sentí al ver mis demi-baguettes ayer, cuando los greñados empezaban abrirse en el horno. Y es que prometían y, después de una emocionante espera, cumplieron con creces. Justo cuando llegaban los amigos que esperábamos a cenar, de mi horno salían las baguettes más bonitas que he hecho desde que Bea nos contará todos los secretos de estos delicados panes en su curso Baguette al desnudo.

Mi preferida es la del centro, tanto me ha gustado que la he elegido como nueva cabecera del blog. Tiene una forma un poco especial, no es rectita como una baguette clásica y es que, según aprendí en Babette, cuando las baguettes se hacen con masa madre, mola más darle un toque algo rústico y eso se consigue haciéndolas un poco panzudas y con un único greñado.

Para tener preparadas las baguettes para la cena del sábado, el viernes preparé 1.500 g de masa con un 65% de humedad, un 40% de MM y un 2,2% de sal rosa del Himalaya. Es decir: 360g de MM + 420g de agua filtrada + 720g de harina de trigo blanca del Rincón del Segura + 18g de sal. La dejé levando en nevera y la sometí a los doblados correspondientes.

El sábado por al tarde, después de dejar el bol atemperándose algo más de media hora fuera de la nevera, volqué la masa en la encimera enharinada y dediqué unos 900gr a estas preciosidades. Después del preformado y el formado, que hice con más cuidado del habitual para conseguir esas puntitas, que quedaron tostaditas y mirando hacia arriba, dejé las futuras baguettes descansando en el couché durante 1h y media aproximadamente. Las metí al horno a 250º, creando vapor. A los 10 minutos abrí la puerta del horno, dejé salir el vapor y lo bajé a 230º. Antes de que se cumplieran otros 10 minutos, ya tenían unos tonos dorados maravillosos y las saqué del horno. Estaban preciosas.

 

 

The Loaf in a box: Una panadería grabada en mi memoria con letras de neón

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20120912-154434.jpgEl jueves por la mañana recibí en casa 3 loaves in a box :-) 

Cuando el mensajero me entregó el paquete ni me acordaba de mi pedido, pero en el albarán ponía PAN y en uno de los lados de la caja el sello de The Loaf me confirmaba el contenido. Era mi segundo contacto con esta pop-up bakery desde que el 11 de agosto estuve allí escuchando los más que interesantes consejos de Dan Lepard. Desde entonces había hecho 3 o 4 intentonas de post sin éxito y el jueves pensé que esta tenía que ser la definitiva. Me senté delante del ordenador con un té y una rebanada de pan recién llegado con AOVE, y me pusé manos a la obra. Pero nada me convencía… Había leido ya tantas cosas sobre esta inusual panadería que nada me parecía lo suficientemente interesante o novedoso para estar a la altura de las circunstancias y para que a alguien le interesara leer el humilde post de esta bloggera&panadera.

Lo cierto es que todo lo que se me ocurría escribir era positivo, empezando por el entorno: un lugar único bajo los tilos, al lado de la estación de tren de Donosti, la ciudad más bonita all over the world.
Es verdad que yo iba receptiva y deseosa de ver y oir a una de las vacas (perdón Dan) sagradas del mundo del pan. Iba con ganas de aprender y de ver mundo panarra y la experiencia me resultó muy satisfactoria, pero lo que me causó un mayor impacto y lo que me empuja a escribir sobre The Loaf es el aire a panadería entusiasta que se respiraba en el ambiente.
Podríamos haber estado más cómodos, sentados alrededor de la mesa en la que Dan nos habló de panes y masas en un inglés salpicado de palabras españolas con un acento muy divertido. O, tal vez, el contenedor donde se impartían los cursos podría haber estado más ordenado… Pero yo sentí que eso era lo de menos. En The Loaf lo que importaban eran las masas, el pan y demás variantes panarras. Todos los que trabajaban allí tenían un aire inequívoco de estar disfrutando con lo que estaban haciendo, desde el chico que estaba a pie de caja, hasta los 2 panaderos que andaban ocupados en hornear unos panes de chocolate que estaban de muerte, 20120912-154730.jpg pasando por el propio Dan Lepard que transmitía en todo momento su pasión por el buen hacer panarra, en general, y por The Loaf, en particular.

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Para quien lea este post y eché de menos una descripción más minuciosa de The Loaf o la transcripción de los consejos de Dan Lepard para hacer un buen pan, le invito a pinchar en los links que aparecen más abajo y leer los post de gente panarra y no tan panarra que también visitó o se interesó por The Loaf in a box y que ha escrito de una forma tan acertada que no me he atrevido ni a imitar.

Este fue el resultado práctico de mi visita a The Loaf: 2 batard buenísimos que yo misma boleé y formé, y que Dan greñó y horneó.

Y este fue mi desayuno al día siguiente de mi curso en The Loaf.

Como homenaje a esta genial iniciativa panarra y como cierre de esta nueva entrada voy a utilizar las palabras del propio Dan Lepard en la web de The Loaf in a box:     «We’re using simple local ingredients to bake                                                            with honesty and passion,                                                                                            in search of the best loaf each day.                                                                              It’s all about good bread, so for us the loaf is our handprint».

Gracias, Dan.