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La ocasión lo merecía, mi suegro cumplía 80 años y le hacíamos una fiesta sorpresa en casa. Eramos 50 invitados y me empeñé en hacer todo el pan. Planifiqué panecillos de diferentes harinas, multisemillas, baguettes, palitos, chupitos de pan… Unos días antes elegí las recetas y me dispuse a dividir los procesos en 2 días para, en el día 1, preparar prefermentos o masas que retardaría en el primer levado y, en el día 2, formar, dejar levar por segunda vez y hornear. Lo más difícil fue preveer como hornearía todo y en que bandejas dispondría los diferentes panecillos para el segundo levado después del formado. ¿Qué porqué eso era lo más difícil? Porque cuento con un horno convencional de cocina de casa de familia que, aunque llega a alcanzar una buena temperatura, es de tamaño estándar y solo tiene 2 bandejas y una rejilla :-((

He de decir que, para ser la primera vez, cuadré bastante bien los tiempos y todo estuvo a punto en el debido momento. Excepto las baguettes, cuya masa durmió el sueño de los justos al fondo de la nevera. También hubo un pequeño fallo con las fotos de los panes, así que no tengo muchas para adornar mi entrada.

La noche anterior al día 1, una vez elegidos los diferentes panes, reuní las diferentes recetas y, pluma en mano, empecé a decidir que pasos seguiría y que ingredientes necesitaría.

 

 

 

 

Día 1

    • Baguettes: Hice masa para hacer 6 baguettes de 180g (en mi horno no caben más grandes). Mezclé y amasé 786g de harina panadera de El amasadero, 514g de agua filtrada, 3,2g de levadura seca y 16g de sal rosa del Himalaya. Dividí la masa en 2 boles aceitados para hornear 3 para la cena de ese mismo día y dejar otras 3 para la fiesta del día siguiente.Las primeras salieron fantásticas pero las segundas sufrieron muerte por abandono al fondo de la nevera.
    • Panecillos multisemillas: Preparé una masa boba (como la llama Bea de Babette) con 260g de trigo sarraceno, 173g de trigo blanco de El Molino del Segura, 282g de agua y 5,7g de sal. Lo deje bien tapado reposando en la encimera. Por otro lado, mezclé los ingredientes para preparar una biga con 434g de trigo integral también de El Molino del Segura, 282g de agua y 2,2 g de levadura seca. Después de una hora, la guardé en la nevera.
  • Panecillos de avena: En este caso la masa boba llevaba 130g de avena, 130g de cebada y 173 g de harina blanca, 282 g de agua y 5,7g de sal. Y la correspondiente biga llevaba 434 de harina de trigo integral, 282g de agua y 2,2g de levadura.
  • 1K de masa blanca para palitos y chupitos de pan de Bertinet: Mezclé 1k de harina panadera de El amasadero y 700g de agua y la dejé reposando 1h. Añadí 20g de sal y 7g de levadura seca, integrándolo bien en la masa con la rasqueta y pasé a la mesa (completamente limpia, sin enharinar) para comenzar a amasar. Por supuesto con el amasado de Bertinet o amasado francés. Dejé levando la masa en un bol enaceitado durante 1h, más o menos, la doblé, la dí la vuelta y la dejé reposando en nevera toda la noche.

Día 2

La mañana del día 2 fue un poco, por no decir bastante, locura. Había que preformar y formar todo y había que hornear la mayoría de los panes. Cualquier cacharro medio plano q aguantara 250º era susceptible de convertirse en bandeja donde los diferentes panes vivirían su segundo levado. ¡Que trajín! Toda la encimera estaba llena, la mesa de la cocina también e incluso parte de la mesa del comedor. Aunque intenté formarlos en el orden que iban a ir al horno respetando sus tiempos, los últimos inevitablemente sobrefermentaron. Dos fueron las razones: esperas demasiado largas por falta de espacio en el horno y exceso de calor en la cocina con el horno trabajando a toda máquina. (A 200º para todos los panecillos con harinas integrales y a 220º para los palitos y los chupitos, por supuesto todos con los primeros 10 minutos con humedad).

Me llevé mis disgustillos, tuve alguna crisis del tipo «¿quién-me-manda-a-mi?» Pero mi suegro y los invitados me lo compensaron con creces. Degustaron y apreciaron mis panes como si no hubiera mañana y más de uno pidió una bolsita para llevarse algún panecillo que sobró para desayunar. No sé puede pedir más.