Desde el 9 de marzo que publiqué esta entrada y que la app de WordPress, desde el iPhone, se ocupó de chafarme casi totalmente, estoy pensando en reescribirla. Pero claro, si ya me cuesta juntar tiempo suficiente para escribir una entrada con calma, la idea de dedicarle un buen rato a escribirla de nuevo me seduce poco-poco. No lo hubiera hecho de no ser porque los scones que me enseñó a hacer Bea de Babette se merecen todo mi reconocimiento y el de amigos y familiares que los han probado ;-)
Después de hacerlos por última vez hace unos días, me prometí a mi misma que no acabaría la semana sin publicar esta entrada.
Once upon a time… Una tarde lluviosa de principios de marzo, acudí como ayudante a la Cocina de Babette y tuve la oportunidad de vivir una inmersión total en UK de la mano de Bea.
Porque, antes de enseñarnos a hacer unos scones y unos panes de soda deliciosos, nos explicó como preparar a proper cup of tea, nos contó porque y como Anna-Maria Stanhope Russell, la séptima Duquesa de Bedfordy dama de la reina, allá por el siglo XIX, cansada de no comer nada entre la comida y la cena, pidió a su mayordomo una taza de té con un poco de pan y mantequilla, empezando una costumbre que se convertiría en hábito en todo el Imperio Británico. ¿Sería consciente la duquesa de la que había liado?
Bea nos habló también de como las diferentes clases sociales adaptaron esa costumbre a sus horarios y a sus diferentes necesidades, pudiéndose diferenciar entre low tea para las clases altas y high tea para las clases trabajadoras. Nos explicó también como hacer esos deliciosos sandwichitos que hacen acto de presencia en toda afternoon tea que se precie, como preparar lemon curd y como conseguir una réplica bastante razonable de clotted cream. Con toda esta información que nos transmitió verbalmente y que nos llevamos a casa en el librillo correspondiente y característico de todos los cursos de Babette, ahora mismo me siento capaz de servir un afternoon tea como lo haría Mr. Carson en el jardín de Downton Abbey, acompañado de las delicias preparadas por Mrs. Patmore y Daisy en la cocina de tan suntuosa mansión inglesa.
Los scones son unos panecillos ni dulces ni salados que se toman tibios, al poco tiempo de salir del horno. (Aunque de un dia para otro, calentándolos en la tostadora, están más que aceptables). Los auténticos sólo llevan harina, leche o yogur o buttermilk, mantequilla y una pizca de sal. Aunque también admiten añadidos, como una buena cantidad de pasas, pero yo los prefiero sin. Antes de comerlos, se separan en 2 mitades con las manos y se les unta clotted cream y una buena mermelada de frambuesa, o lemon curd, aunque con mantequilla y mermelada de fresa casera a mi me saben a gloria.
Aquí os dejo unas fotos que tome en el curso con Bea, en Babette.
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Bea mezclando
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Las manos de Bea y la mantequilla
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Bea formando la masa
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El primer scone por fuera
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El primer scone por dentro
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Scones blancos
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Masa para los scones con pasas
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Scones con pasas
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Panes de soda
En casa, yo los suelo hacer con harina panadera de El Amasadero, una mantequilla buenísima que compro en Babette y yogures caseros. La proporción para unos 14 scones es como sigue:
- 450g de harina
- 1bolsita de levadura royal
- 1teaspoon de sal (1% aprox de la harina)
- 115g de mantequilla (25% aprox de la harina)
- 2 yogures naturales
Antes de empezar con la mezcla de ingredientes, hay que encender el horno a 180ºC porque en cuanto que tengamos los scones listos, tienen que ir al horno. En un bol, cernimos la harina y la levadura, y añadimos la sal. Preparamos la mantequilla en la encimera y la cubrimos con parte de la harina, haciéndola pequeños trocitos. Yo uso 2 rasquetas metálicas y voy troceando la mantequilla con un movimiento continuo de arriba a abajo contra la encimera, voy añaciendo la harina poco a poco y trabajando la mantequilla con las rasquetas hasta que la vuelco toda en la encimera y el tamaño de los trocitos de mantequilla es parecido al de los guisantes.
A continuación, formo un cráter donde dejo caer los yogures. Con una rasqueta lo voy mezclando y trabajo la masa con las manos pero sin llegar a amasar, sólo «apretujándola» hasta que consigo una bola más o menos homogénea. Después la aplasto contra la encimera hasta que tengo un círculo de unos 2cm. de grosor. Es entonces cuando, con ayuda de un cortapastas ondulado (a mi es como me parece que quedan más bonitos), voy sacando los scones y poniéndolos en la bandeja del horno, más bien juntitos para evitar que se tuesten por los lados.
A medida que me va quedando una masa llena de pequeños recortes, vuelvo a formar una bola y a aplastarla para sacar más scones con el cortapastas, simpre evitando manosearla mucho.
En unos 20 minutos los scones ya estarán cocidos pero, para estar segura de que están en su punto observo que los laterales están secos y que al presionarlos entre el dedo pulgar y el índice están firmes sin estar duros, es decir, cediendo un poco a mi presión.
¡¡Mmmmm!!